Bernie Madoff estafó miles de millones de dólares con un esquema Ponzi en el que perdieron sus ahorros desde grandes fortunas a ciudadanos de a pie. Su muerte rememora la caída de del falso gurú, que prometía rentabilidades a prueba de todo.
Tomaba dinero de sus clientes, les decía que reportaba ganancias, pero las mismas no salían de ninguna operación sino que provenían de lo aportado por nuevos clientes, que con su plata pagaban los rendimientos de los antiguos.
Para ello utilizaba un sistema tan viejo como una estafa piramidal, que debe su nombra a un histórico estafador, Carlo Ponzi, sin grandes despliegues técnicos o informáticos y con una maquinaria creada para falsificar operaciones. Bajo el nombre de Stratton Oakmont, Belfort construyó su imperio, el cual se mantuvo a través de un tipo de estafa que consistía en que los trabajadores de su compañía vendían a precios mayores las acciones de las empresas que ofrecían a los inversionistas. Por estos actos, los cuales provocaron pérdidas por más de 200 millones de dólares, Belfort fue sentenciado a 22 meses de prisión.
Bernie Madoff
Bernie nació en una familia judía, su padre era fontanero y bróker. Era el segundo de tres hermanos, Sondra y su hermano menor Peter Madoff (volveremos sobre Peter). Después de ir al instituto, estuvo un año en la Universidad de Alabama y se trasladó a la universidad Hofsfra donde se graduó en ciencias políticas. Después fue un año a la Escuela de Derecho de Brooklyn, pero no llegó a obtener el postgrado de derecho. Lo dejó para fundar su propia empresa, la Bernard L Madoff Investment Securities LLC en la que trabajó hasta su detención.
Su empresa empezó con 5.000 dólares que Madoff había ahorrado trabajando como socorrista e instalador de aspersores. Al principio trataba con “penny stocks”, es decir, acciones de bajo valor que se anunciaban en las “pink sheets” (hojas rosas). Madoff a su vez fue el pionero por lo que se conoce Payment Per Order Flow, es decir, cobrar a los “market makers” por enviarles las órdenes de sus clientes. Esta práctica es legal, y es mediante el modo que los brokers sin comisiones como Robinhood (protagonista por el reciente caso de las acciones de GAME) se han visto beneficiados.
La Estafa
A finales de la década de los 80, Madoff comienza a tejer su gran tela de araña. La idea no era nueva: una estafa piramidal o esquema Ponzi, un modelo fraudulento que se ha puesto en práctica en muchos momentos históricos y lugares distintos, casi siempre con consecuencias desastrosas; pero nunca a semejante escala.
La mecánica de la estafa salió a la luz. El Hedge Fund de Madoff tenía dos empleados que se dedicaban a falsear las cuentas tomando las acciones que habían tenido mejores resultados y ocupaba una planta en un rascacielos de Nueva York. En las plantas de abajo Bernard L Madoff Securities LLC tenía sus oficinas. Bernie utilizaba su involucración con las asociaciones judías de Nueva York para atraer a clientes adinerados de origen judío. También gestionó el dinero (y estafó) a fundaciones de origen judío, como la de Steven Spielberg (el director de cine) o la del premio Nobel y superviviente del holocausto Elie Wiesel. Pero no sólo a judíos estafó Madoff. Banco Santander tuvo que restituír a sus clientes de banca privada 2.300 millones, Pedro Almodóvar, Kevin Bacon, Rosalía Mera, Juan Abelló y hasta los Mets de NY fueron sus víctimas. Su relación con el cine no acabaria aquí, Bernie fue interpretado por Robert de Niro en la película que hicieron sobre él, y Ruth por Michelle Pfeiffer.
A lo largo de su carrera, llegó a acumular inversiones por valor de 65.000 millones de dólares, especialmente de grandes inversores multimillonarios, a los que atraía con promesas de batir de forma sistemática al mercado. En realidad, todo el dinero que recibía acababa en una cuenta bancaria a su nombre, del que retiraba dinero cada mes para pagar los intereses de sus inversores. El renombre de su firma, que había aguantado casi medio siglo, ayudaba a captar nuevos y distinguidos millonarios, que mantenían viva la pirámide. Entre ellos, figuras como las empresarias Alicia Koplowitz y Lilliane Bettencourt, el actor Kevin Bacon, el economista jefe de Salomon Brothers, Henry Kaufman, o la Universidad de Nueva York.
La hora de la verdad le llegó en medio del desplome de Wall Street y la congelación del sistema de crédito mundial, cuando muchos de sus depositantes pidieron sacar dinero. A la desesperada, Madoff intentó atraer nuevas víctimas con la promesa de un nuevo vehículo más sofisticado que requería entre 500 y 1.000 millones de dólares de inversión inicial. Pero las retiradas fueron más rápidas que las entradas, y todo estalló a finales de 2008, después de una última retirada de 300 millones de la menguante hucha para la familia del estafador.
La caida de Bernie Madoff
En 2008, Madoff fue expuesto ante la opinión pública por las investigaciones que realizó la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos en contra de Bernard L.Madoff Investment Securities, su empresa dedicada a la venta de acciones.
La entidad descubrió que Madoff había participado en una estafa piramidal aprovechándose de su compañía. Este tipo de estafa funcionaba porque constantemente llegaban nuevos clientes que compraban acciones de la empresa. De esta manera, Madoff podía pagarles a los accionistas más antiguos y tener un margen de tiempo para devolverles el dinero a los más nuevos. Debido a que la oferta por la compra de las acciones era alta, el precio de estas subía más y Madoff se quedaba con la utilidad que se producía.
La cantidad defraudada por Bernie es tan grande que se desconoce exactamente, dado que lo que conocemos son estimaciones según el método de cálculo. Se cree que debía entre 57 y 65 mil millones de dólares. Alrededor de la mitad de los clientes de Madoff incluso recuperaron más dinero del que invirtieron, antes de que todo cayera. Se subastaron los bienes de la familia Madoff, incluyendo las joyas y la ropa de diseñador sin usar, en un hotel lujoso en Nueva York.
En el juicio, la Justicia estadounidense calculó que había estafado 18.000 millones de dólares a lo largo de su carrera, lo que se estima que es la mayor cifra jamás registrada en una estafa de este tipo. Otro tanto se pagó a los inversores con más antigüedad en intereses. Del total, hasta la fecha se han recuperado unos 14.000 millones entre bienes, terrenos y valores incautados.